y entre rieles una mano cava apresurada
avergonzada de la sangre derramada la noche anterior.
Entre gritos una maleta abierta sin vida
halla un hoyo donde cuerpos pelean
apretujadas manos pululan entre sollozos
mientras la calma endurece las lenguas.
Muy lejos, en la estación, el auricular de un teléfono se balancea dormido
se oye el paso apresurado de gente etérea
Entonces una mano golpea una ventana empañada
mientras el viento rasga su viejo traje.
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