Etiquetas

jueves, 3 de marzo de 2011

Nocturno bajo

Esa noche fui engullido por una fiebre de asfalto
mientras un incendio arrasaba mi delgada mano derecha.


Aquella noche mis sienes eran atravesadas por un universo de serpientes rojas
que poblaban mis ojos de huevecillos
y yo pidiendo misericordia a un pedazo de acera
he rodado hasta el filo de lo indescifrable.


Esa noche las nubes grises inundaban mis pupilas
y yo le pedía a mi cuerpo humanidad
pero sin querer y en un espacio ficticio


Mi extraño cuerpo se evaporaba en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario